En este post hablaré de las experiencias que ha dejado el confinamiento tomando como referencia las teorías que Mihaly Csikszentmihalyi expuso en su best seller “Fluir: Una psicología de la felicidad”. En su obra habla de la teoría de la experiencia óptima basada en el concepto de flujo, que se da cuando somos capaces de concentrarnos en una actividad sin que nada externo nos afecte. Cuando sentimos una absoluta compenetración con lo que hacemos dando como resultado una plenitud interior.
¿Cómo transformar lo adverso en oportunidades?
Para el autor croata las experiencias de flujo se producen cuando se sienten aspectos positivos de la experiencia humana, tales como la alegría, la creatividad o la plenitud existencial. Si algo hemos visto en estas semanas de confinamiento es cómo hemos sabido transformar situaciones adversas en oportunidades. Y además, lo hemos compartido en redes sociales dando lugar a multitud de historias personales y a una experiencia autotélica colectiva.
Mihaly define la experiencia óptima a partir del concepto autotélico. En referencia a aquellas actividades que en sí misma cumple ese objetivo de plena satisfacción. Se pierden, en este sentido, los condicionamientos externos y la actividad en sí misma crea esa plenitud.
Son muchos los ejemplos de estas experiencias de flujo.
En este artículo de la Vanguardia se presenta una experiencia autotélica de transformación, en la que lo adverso se convierte en una oportunidad para dar algo sorprendente. El anciano cree que los aplausos dedicados a los servicios sanitarios son para él. Tocar la armónica es para esta persona con Alzheimer una forma de conectar con su realidad. La esposa de Hermann Schreiber logra una experiencia autotélica, al transformar una situación adversa en una oportunidad para hallar la plenitud y alegría para su marido, y también para ella.
¿Qué ha cambiado en nuestra manera de ver el mundo gracias al confinamiento?
Los acontecimientos originados por la pandemia ha movilizado a la población en un espíritu de solidaridad y de afecto. La experiencia de fluir con la vida en perfecta armonía, todo fluye, ese sentimiento de regocijo y alegría, de conexión con la vida, se da en pocas ocasiones. Mihaly analiza esas experiencias tras realizar entrevistas y muestra cómo perfiles muy diferentes han conseguido hacer de la vida un experiencia de fluir continuo a pesar de cualquier adversidad.
La felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o del azar. No es algo que pueda comprarse con dinero o con poder. No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos.
Mihaly Csikszentmihalyi, Fluir: Una psicología de la felicidad.
En este sentido el Covid-19 ha sido una gran oportunidad para demostrar que para lograr esa felicidad, ese fluir en nuestras vidas, podemos prescindir de muchas cosas pero no de la creatividad, de sentir el apego de los demás, de demostrar que somos humanos mediante representaciones artísticas.
Al mismo tiempo, en el ámbito laboral aún en situaciones límite para emprendedores y empresas han surgido nuevas propuestas que son resultado de ese fluir con la situación externa. Nos hemos dado cuenta que desde casa podemos cambiar el mundo. Nos hemos adaptado a una realidad que nos cambiará para siempre. Como señala Mihaly “el universo no fue diseñado pensando en la comodidad de los seres humanos”. Ante la adversidad saber reinventarse y adaptarse es la clave del éxito. Empresas cómo www.legodet.com, empresa dedica al diseño de moda ha sabido hallar una oportunidad, incluyendo en su colección la mascarilla como complemento de moda.

“…el universo no fue diseñado pensando en la comodidad de los seres humanos”.
Mihaly Csikszentmihalyi, Fluir: Una psicología de la felicidad.
¿Qué papel han jugado las redes sociales durante la pandemia?
Las redes sociales han canalizado como nunca esa experiencia de flujo. Hemos hecho pan, asistido a conciertos en balcones, bailado, nos hemos puesto en forma, hemos asistido a lecturas de poeśía… Sin duda las experiencias de flujo han hallado en las redes sociales el medio ideal para multiplicar su efecto. Si imaginamos una pandemia sin Instagram u otras redes sociales probablemente hallaríamos otras maneras de lograr superar la adversidad, como se hizo en otras épocas, pero no quedaría ese testimonio tal y como lo conocemos ahora.
Afirma Mihaly que “la función principal de la cultura ha sido proteger a sus miembros frente al caos, reafirmando su propia importancia y su destino final”.
Frente al caos exterior y la hostilidad de fuerzas que no podemos controlar, aparece una experiencia cultural que transforma ese dolor en oportunidad. Frente al sacrificio de sanitarios, fuerzas de seguridad, personal de supermercados, transportistas… hemos creado movimientos culturales que actúan como escudo que nos protege de esa incertidumbre. No sabemos vivir en un universo de imprevistos y es por ello que la cultura sirve para poner orden al caos.
Las redes sociales han contribuido a esa experiencia autotélica colectiva. La posibilidad de publicar en redes y mostrar tu día a día de confinamiento se transforma en una experiencia de flujo en sí misma. Se consigue disminuir la ansiedad y apatía que provoca el confinamiento. Pero esas raíces de la apatía son intrínsecas a cada individuo y el poder de cambiar eso está en nosotros mismos.
¿Cómo será la era postcovid?
Nadie puede saber con seguridad qué ocurrirá en los próximos meses. Probablemente hemos aprendido a valorar aspectos de la vida esenciales y estar conectados es ya inevitable.
Los procesos de teletrabajo, la educación online y servicios en línea marcarán tendencia a partir de ahora. Aunque el trabajo interior que debería centrar esfuerzos sigue siendo aprender a utilizar todo lo que tenemos a nuestro alcance, para reforzar el sentido de nuestras vidas y disfrutar de ella. Mantener una distancia psicológica adecuada de la infoxicación que ofrecen los medios es esencial. Saber mantenerse informado sin que nos cree ansiedad, malestar y más dolor, resulta complicado pero hemos de saber independizarnos de todo eso.
Si queremos superar esos sentimientos negativos y de frustración por lo que nos rodea o está pasando en el mundo, hay que centrarse en las experiencias personales. Mihaly Csikszentmihalyi en Fluir nos plantea un viaje al interior de nosotros mismos, para lograr el control de nuestra vida, distinguir aquello importante de lo que no lo es. La clave es desarrollar la habilidad de aprender a divertirse con nuestras obligaciones, a ser niños o niñas que olvidan las circunstancias externas en el momento del juego.
Deja tus comentarios: ¿cómo crees que podemos adaptarnos a la incertidumbre? ¿qué papel juega el interior de las personas al cambio?